viernes, 26 de diciembre de 2014

¿Desde dónde Eres?

Muchas personas me preguntan cómo pueden hacer para ser Terapeuta Felina como yo, que qué deben estudiar. O que quieren hacer mis cursos para dedicarse a ello de forma profesional. Para mi es muy complicado explicar todo lo que he tenido que hacer y sigo haciendo para poder dedicarme a esto, es mi vida entera.

El trabajo principal y más duro es trabajar y limpiar mi corazón, para poder estar en él, y moverme desde él, expresarme desde él, un corazón "limpito" como dice mi amiga María Simona. Para tener el corazón limpito llevo muchos años de duro trabajo personal, y aprendiendo de cada gato y persona con el que me cruzo.

Veo hoy día muchas personas terapeutas o comunicadores de animales o que se dedican a los animales que no pueden estar más lejos de su corazón, y me cuesta mucho no decir nada, no es asunto mío, creo, y desgraciadamente me he dado cuenta de que he sido muy vulnerable, pese a intuir con tiempo no actuar y protegerme. Si bien todos somos humanos y todos tenemos problemas y dramas, lo principal para mi es trabajar desde el corazón, y es algo de lo que he hecho charlas y escritos y aún así es poco, algo que hablo siempre en mis cursos, y por ahora no he visto a casi ningún terapeuta animal que se mueva y trabaje de forma limpia y desde el amor incondicional, no veo más que Ego y competencia por todas partes. A mi me cuesta estar en mi corazón, también tengo Ego, y lo conozco bien porque llevo años mirándole a los ojos, sé cuáles son mis puntos débiles y sé las cosas que tengo que trabajar conmigo misma. Pero me quejo de que hay otros profesionales que ni siquiera han mirado dentro de su corazón ni una sola vez y que hablan del Amor y ni siquiera lo han sentido ni una sola vez. Yo sé lo que muevo y lo veo en mis cursos y cuando estoy con las personas, y no sólo yo sino las personas que vienen también lo ven y lo sienten, y eso es a base de trabajo conmigo misma. La energía que muevo es más blanca que negra, es limpia y pacífica, es amorosa, eso es lo que me expresa y eso es una buena guía. ¿Y, sabes qué? no siempre ha sido así. Pero ahora sí lo es.

Confío en que las personas que caminan al lado de los animales van a ser sanados y van a llegar a su corazón gracias a ellos, por eso no me meto demasiado, porque sé que eso lo harán los animales y sus guías. Donde si voy a trabajar es con las personas que se dedican a la protección animal, eso es otra historia de la que ya he hablado algo y en lo que tengo un precioso proyecto en marcha.
Esto es una respuesta a las personas que me dicen que quieren dedicarse a algo parecido a lo que yo hago. No se trata sólo de aprender sobre gatos, se trata de ver quién eres, de qué estás hecho y cuánto odio, miedo, envidia y rabia tienes, que lo veas, lo reconozcas y lo trabajes, lo tuyo y lo de tus antepasados y ancestros. No se puede hablar del corazón si estás odiando, no puedes. No se puede hablar de amor si tienes miedo e incertidumbre, eso no es Amor. Puedes aprender sobre conducta animal y comunicarte con los animales todo lo que quieras pero eso no es nada, si sólo vas con eso, te va a sobrepasar y te vas a frustrar.

Ahora acabo de realizar mi tercera sanación de ancestros y antepasados, y esta vez me han ayudado a sanar otras cosas nada bonitas que personas con tan sólo un pensamiento de odio o de envidia me han causado, aparte de lo que ya traigo conmigo. No os hacéis a la idea de la fuerza y el poder que tenemos con nuestros pensamientos, podemos hacer daño a cualquiera, daño muy grave. Lo peor es que todo se vuelve contra ti por duplicado. El mundo no se está moviendo desde el amor todavía, lo estamos intentando, estamos aprendiendo, y por eso estamos viendo todo el daño que estamos causando a los demás. Es momento de poner más luz, de perdonar, de hablar en positivo y de ver a todo ser humano como si fueras tú mismo, y perdonar, perdonar y perdonar, lo más difícil de todo.

Si queremos que el mundo cambie no lo vamos a conseguir desde la política, el dinero, ni religiones. O lo cambias tú dentro de tu corazón o seguirá igual. O haces actos de amor cada día o todo seguirá igual. O sientes amor por el de al lado y le perdonas o todo seguirá igual. Te quejas de injusticias? de crueldad? qué hay dentro de ti?

Estoy viendo cosas muy negativas y feas que vienen de personas terapeutas o comunicadoras de animales, cuidado con la energía que mueves, desde dónde la estás moviendo? con qué intención? cómo está tu corazón?

Quieres ser Terapeuta Felino o Comunicador Animal? entonces, desde dónde Eres? Qué mueves? Quién Eres? Eres Amor Incondicional o al menos lo intentas?

Espero que este nuevo año sirva para sanar todas estas cosas y que todos encontremos un poco más de Luz para que seamos la Luz que hemos venido a Ser. Pido protección y salud para todos, buenos pensamientos y mucho perdón, abundancia y alegría. Gracias.







sábado, 4 de octubre de 2014

Gracias

Es complicado sentir por un lado que lo que hago me resulta muy difícil (por lo visto repito mucho la frase "me cuesta mucho estar aquí"), y por otro lado estoy tan contenta y satisfecha con lo que hago, al presenciar cada día verdaderos milagros y magia por parte de los gatos y las personas. Cada curso presencial que hago conozco a personas increíbles que reafirman cada vez más mi creencia de que cada ser humano es maravilloso, porque en el fondo somos todos el mismo. Cada vez me cuesta menos verlo, me encanta ver a través de las personas y reconocer ese corazón que sólo pide amor, es igual al mío.

El curso de Comunicación Felina me está resultando precioso y mágico, cada vez me gusta más hacerlo y lo disfruto más. Las personas salen distintas, felices, con el corazón abierto, con ganas de cambiar cosas y de estar bien, y sobre todo con ganas de llegar a casa y abrazar a sus gatos, porque siempre nos dan lecciones y nos ayudan, nos hacen pasar unos ratos muy emocionantes en este curso. Reímos y lloramos a la vez, hacemos terapia de grupo con nuestros gatos, y aprendemos mucho sobre ellos.

Estos dos últimos años he "sufrido" una transformación, de esas dolorosas que parece que nunca terminan. Una sanación profunda, un crecimiento y amplitud como nunca antes hice. He superado mis propias barreras, las más difíciles, y he llegado a un claro en el que me siento a gusto siendo yo misma. Te das cuenta de que hagas lo que hagas serás tú mismo, sin que lo que hagas te absorba y anule el resto de tu Ser. He ganado esa batalla y ahora Soy, haga lo que haga. Mi trabajo me expresa plenamente, sin máscaras, eso es lo que soy, hago las cosas como las siento, digo lo que siento, lo que percibo sin juzgarlo, y he comprobado que eso es lo que necesitaba. La inseguridad en uno mismo es terrible, tú mismo te anulas en silencio y privas al exterior de todo lo que tienes, que siempre es grandioso porque sale del corazón. Gracias a estas barreras que uno mismo se impone puedes llegar a conocerte en profundidad y sacar tu verdadero yo, sin miedos. Después de tantos años de lucha me considero una valiente, porque he convertido mi profesión en algo único, al servicio de los demás, que ayuda y con la que crezco, pero sobre todo, me ha costado muchísimo disfrutar con ella. Estoy tirando muros que otros construyeron, y si bien creo que nadie tiene una Verdad única, yo voy con la mía por delante, siempre he presumido de ser una persona con sus propios valores y sigo inmune al veneno de los demás. Yo creo que eso es lo que me hace crecer, porque gracias a expresarme a través de mi trabajo me estoy conociendo a través de los demás, a través de sus gatos, de sus historias. He aceptado que aprendo lo que enseño, que mi camino está con los gatos pero no porque sea la que más sabe de ellos, que eso lo da la experiencia y el trabajo, sino porque me toca aprender de ellos en mi experiencia de vida. Mientras sea así, serán mis compañeros de trabajo y maestros, y las personas mis espejos.

Y hablando de ellos, la experiencia me ha regalado el poder disfrutar de guiños que los gatos me hacen. Gracias a confiar plenamente en su labor junto a su humano, he podido disfrutar de lo que hago. Antes me cargaba con todas las responsabilidades, pero entendí que cada gato tiene su tarea, no es la mía. Conectar a las personas con sus gatos ya de por sí es un gran trabajo, precioso y gratificante. El resto es tarea de ellos, abrir el corazón y guiar por ese camino a su persona. Sólo los animales saben hacerlo.

Mis compañeros de trabajo, los gatos, me dicen cuándo el mensaje ha sido comprendido y transmitido, tienen sus maneras peculiares que ahora veo rápido y me sacan una sonrisa, ahora siento complicidad en cada caso que trabajo. Problemas que se desvanecen durante la comunicación con el gato y su persona, cambios de actitud mostrando cariño y agradecimiento. He aceptado la magia en mi vida y la veo cada día, la agradezco y me encanta. Los gatos me demuestran que hay mucho más, y que el único camino está en mi corazón. Ese pellizco de amor que siento por cada persona que conozco en mis cursos, por cada persona con la que hablo por teléfono cada día, por todo lo que son, lo que me dan, lo que me enseñan, por verme en cada una de ellas, porque me enamoro de cada persona con la que me cruzo. He aprendido el perdón y a verme en los demás, a ver más allá de un ser humano, sin juicios, a no creerme nada de lo que mi cabeza me cuenta, sólo mi corazón. En mis cursos siempre se crea un ambiente increíble de cariño y armonía, y siempre les digo que extiendan eso al resto del mundo, a cualquier persona con la que se crucen por la calle, somos los mismos, no hay diferencia.

Gracias a aceptarme tal como soy, a aceptar mi trabajo, mi tarea, mi encarnación en esta experiencia, todo está creciendo, todo está yendo bien, a más y a más. No hay nada como tener miedo y no creerse quien uno es para que se abra un abismo en tu camino y te quedes estancado. Cuando realmente es más fácil aceptarte, creértelo y seguir adelante con total confianza, porque el resultado es maravilloso aunque te cueste imaginarlo. De repente todo va bien, tienes abundancia en todos los sentidos, cuando aprendes a verla y a agradecerla. He aprendido que todo lo que te acerque al amor y a la unión, a dar a los demás, a sentir gratitud, es el camino del corazón y siempre, siempre, te crea una sensación que reconoces y te llena pues es la que buscas en cada momento de tu vida. En caso contrario, todo lo que tu cabeza diga contra ti, te machaque y te aleje del amor y de los demás, es tu querido Ego, tu miedo, tu sombra, al que cada vez deberíamos hacer menos caso. Los animales siempre te van a hablar al corazón y desde el amor incondicional, así que si queremos entenderles y crecer con ellos, más nos vale ir trabajando ese corazón que hemos tenido olvidado tanto tiempo, empezando con la paciencia, el perdón a los demás, que en realidad es a ti mismo. Algunas veces cuesta mucho y nos llevará la vida en ello, pero para eso la tenemos.

Gracias <3



martes, 10 de junio de 2014

Creciendo

A raíz de un curso que acabo de terminar, donde una vez más profundizo en mi Ser y trabajo mi Corazón y mi Presencia, llega información nueva a asimilar. También viendo a mis maravillosos compañeros y compañeras, mis espejos, me hace sentir que pese a que cada uno esté pasando lo suyo a su manera, no estoy sola. Hablamos de realidades tales como que la perfección no existe en los estereotipos, no hay gente buena, no hay gente mala, somos perfectos tal como somos. Todos mentimos, todos tenemos malos pensamientos, a todos se nos lleva la rabia en algún momento, todos tenemos miedo, todos vibramos bajo a veces. Unos más conscientes, otros menos, pero somos todos iguales.
Por eso me duele que se trate mal a las personas, porque yo siento que detrás de ese Ego que todos tenemos hay un Ser maravilloso. Yo veo a ese Ser, y me encanta. Por eso me gustan las personas y ya no las veo como se suelen ver, como "gente". Veo seres increíbles, con sus vidas, sus experiencias, su camino, y que se crucen en mi vida me hace sentir gratitud. Me encanta conocer personas, y gracias a mi trabajo las conozco cada día, y sus gatos me cuentan cosas sobre ellas, cosas íntimas a veces. Y me parece precioso, porque no juzgo nada, si no que veo a una persona creciendo siempre. Y se crece hacia el amor y la apertura del corazón. Por tanto, es bonito.

Tengo mis demonios, mis trolls, mis esfinges, que saltan cuando intento poner un poco de luz, o cuando me despisto. Últimamente he visto muchos, porque he pegado un "estirón". He llenado de luz mi espacio y al iluminar zonas sombrías, han aparecido estos trolls. Dan miedo, a veces hacen daño, pero sólo porque yo me he dejado. Y siempre enseñan, que no bajes la guardia, que ocupes tu espacio, y que lo que necesitan es amor, nada más.

Cualquier persona recluída en el odio, el rencor y el victimismo, necesita amor y falta de juicio. Pero somos demasiado duros, vivimos en el mundo de la consecuencia y el castigo, de la manipulación y el querer todo para uno mismo. Luego vamos de salvadores de los demás, de humildes personas, y si alguien nos dice lo contrario, nos lo queremos comer. Eso no es amor, más bien ahí se necesita amor.

Hoy cumplo 35 años y, haciendo un repaso a mi vida, diferencio unas cuantas fases, unas oscuras, otras duras, pero siempre con algún compañero felino indicándome el camino y protegiéndome. Llegar a donde he llegado y hacia donde voy, es fruto de mucho trabajo, mucho esfuerzo, muchas caídas y recuperaciones, pero muchas. A día de hoy sigo dudando a veces, pero tengo a unos ángeles muy pacientes que me siguen animando y no dejan que me caiga. El peso de la responsabilidad y la valentía que debo tener para hacer lo que hago hacen que quiera escapar del planeta de vez en cuando. Pero en este momento, a mitad de mi vida y en plena madurez, miro atrás y veo cómo todo ha ido encajando para estar donde estoy, y todos los valores que hoy tengo. Siempre he sido única en mis opiniones, nunca me he dejado arrastrar, siempre me he mantenido neutra y eso ha hecho que pueda caminar sola y construir mi propio mundo desde mi corazón, y también eso se ha ganado la confianza de miles de personas. Aún no sé exactamente a dónde me lleva pero cada día es una sorpresa y un aprendizaje más, con las personas y sus gatos.

La maternidad también me está aportando muchísimo, entendiendo la vida, los milagros, el poder del amor, el dar sin esperar nada a cambio porque das con el corazón. Tal y como aprendemos en Reiki, te propongo, "Sólo por hoy". Sólo por hoy, no juzgues al otro. Sólo por hoy, da algo a los demás sin esperar nada. Sólo por hoy, mira y trata a las personas con cariño. Sólo por hoy, cambia tu rabia por gratitud. Sólo por hoy, mírate al espejo y reconócete, abrázate y ámate así. Sólo por hoy, sé feliz y sonríe. Sólo por hoy, disfruta el presente tal como es.

Hoy en especial agradezco desde lo más profundo de mi Alma, a mis ángeles, mis guías, mis compañeros de vida, a todos los animales, seres que me han guiado y acompañado, plantas, árboles, Tierra, y a todos los humanos que forman parte de mi realidad, a todos sin excepción: Gracias. Sigo caminando un día más.



jueves, 17 de abril de 2014

Mi profesión es...

Hablar sobre mi profesión me cuesta mucho. Cuando alguien me pregunta a qué me dedico es como si me preguntaran algo muy personal, porque sé que al contestarles que soy Terapeuta de Gatos, voy a tener que contarles en qué consiste y cómo lo hago, entrando en temas donde ya hay personas que alucinan un poco para bien y otras para mal, y ninguna de ellas lo entiende a la primera. Una profesión habitual no es. Y desde luego ni yo misma me podía imaginar en su día que iba a acabar haciendo lo que hago. Mi idea era ayudar a los gatos, pero a este nivel en el que estoy comunicando con ellos y trabajando con sus personas, nunca lo habría sabido. Y siento que esto va a más, yo también voy aprendiendo y creciendo como todo el mundo. Atrás dejo algunos casos sin "resolver", que en su día me dejaban con frustración, pero hoy sé que no tengo que resolver nada, siempre he hecho esto pero lo que he aprendido es a manejarlo y a encajar yo los resultados, que siempre son buenos. Porque son los gatos los que "mandan". Y cuando algo no se tiene que resolver es porque el comportamiento no ha sido entendido, por tanto el mensaje menos todavía. No se trata de resolver problemas, es mucho más, es todo lo que engloba al gato, su persona, su familia, su casa, su vida, su energía, su cuerpo, otros planos...

A veces las personas no integran el mensaje que les doy, así que el gato sigue igual. Y está bien así, porque ya es tarea del gato seguir, y siempre que hace falta me vuelven a llamar para, de nuevo, decir algo, desbloquear algo. El trabajo real es del gato con su persona, yo sólo hago de enlace en momentos puntuales. Me ha costado media vida entender esto. He tenido que acudir a mis ángeles con mil dudas para entender esto y aceptarlo. El Ego siempre quiere resolver los problemas y ayudar a los demás de forma 100% eficaz, valorando el resultado como la anulación total del comportamiento no deseado y la satisfacción de la persona que te llama. ¡Qué grave error!

Estamos acostumbrados a los profesionales que los llamas y te resuelven un problema. Como los médicos que te reparan una parte del cuerpo, no te dicen por qué está mal, sólo la reparan. Aunque falle por otro sitio después porque lo que origina la enfermedad o dolor sigue sin trabajarse. O educadores que anulan un comportamiento porque supuestamente "está mal".

Bueno con mi profesión me pasa que hay personas que contactan conmigo empezando con "tengo un problema", escribiéndome unos dos kilómetros de correo, y acabando con un "bueno a ver si me das algún consejo", no saben realmente el trabajo que implica todo lo que rodea lo que me cuentan y lo imposible que es para mi dar "un consejo". En mi web hay muchos consejos en muchos formatos. Necesito preguntar a los gatos lo que necesitan y cómo están, no se trata de dar consejos, eso ya está cubierto por otro lado. Tampoco se trata de resolver problemas sin que te afecte.

A veces hablo con personas que quieren que contacte con sus gatos para preguntar algunas cosas concretas, pero cuando contacto con los gatos me cuentan siempre sobre su persona, sobre sus bloqueos, cómo están, cómo les puedo ayudar. Y claro, la persona que esperaba una comunicación donde poder decirle cosas que ni siquiera podría contrastar, se ve implicada emocional y personalmente en la consulta. Mi forma de trabajar es diferente, son los gatos lo que me dicen lo que tengo que decir, son ellos los que me ayudan a entender lo que ocurre y lo que tengo que comunicar a la persona es lo que es. Y a veces no es lo que esperaban. Pero... los gatos mandan. Sobre todo, porque siempre es por nuestro mayor bien. Incluso comportamientos que parecen "castigos" para nosotros, siempre son para nuestro bien. Tienen formas peculiares para enseñarnos nuestros bloqueos y cosas que nos impiden estar bien, pero es que como no escuchamos ni ponemos atención, nos tienen que morder, orinarse en la cama... en fin, tienen que hacer algo para que te pongas en marcha, porque algo está pasando. A veces me quedo con la sensación de saber que no les he dicho lo que querían que les dijeran, pero con la tranquilidad de que he dicho lo que los gatos querían que dijera. Ganar seguridad en algo así es muy complicado y ha costado mucho tiempo, pero viendo los resultados es que es así.

Cada profesional además, es único en lo que hace. Mi manera es esta, lo que hago es ese enlace entre persona y gato, para ayudar al gato a seguir trabajando con su persona, para ayudar a la persona a entenderse con su gato y ser más feliz, vivir más plenamente esta experiencia de la vida, aprender, evolucionar. Ayudo en momentos puntuales, no sano ni hago milagros, no creo en eso. Creo que cada uno es responsable de lo suyo y sólo poniendo un poco de consciencia ya se desbloquean muchas cosas y los gatos cambian, al no necesitar expresar más de lo mismo, porque ya está desbloqueado.

Hay consultas en las que sé que me van a escribir a la media hora diciéndome que el gato está distinto, más cariñoso. Incluso mientras hablamos los gatos suelen aparecer y confirmar mis palabras. He tenido que aprender a no dar lo que la gente espera de mi, sino a no juzgar lo que recibo y darlo tal cual, siempre desde mi corazón y con cariño, el mensaje de los gatos.

Es una profesión difícil de explicar, creo que es la peor pregunta que alguien puede hacerme, ¿a qué te dedicas? ¡es un mundo resumirlo! Me siento afortunada, pese a todas las inseguridades y errores que cometa, todo forma parte de mi camino y mi experiencia, por eso confío en que todo está bien, pongo mucha atención, respeto y amor en lo que hago, mucha gratitud por poder hacerlo. Es complicado trabajar con personas pero yo sé cómo los animales abren el corazón de uno, confío en ellos y me dejo llevar.

martes, 18 de marzo de 2014

Júzgame o ámate

Estoy aprendiendo mucho en estos últimos meses, sobre mi y sobre la vida. No me gusta filosofar y lo hago mucho, pero es una forma de desahogarme y de expresar cosas que siento y vivo. Siento que estoy creciendo y madurando, dejando atrás tantas inseguridades que me acompañaron durante muchos años. Siento que soy yo misma más que nunca, y siento amor por la humana que soy. Amo mis defectos y amo todo aquello que me ha hecho dudar, todos los dolores que me han hecho parar, amo todo lo que compone mi forma y mi personalidad. Porque conozco a esta humana desde el principio, he vivido con ella toda la vida y la admiro. Pienso que si todos llegáramos a sentir esto y nos liberáramos de juicios hacia fuera el mundo sería más amor, que falta hace.

Últimamente me llama mucho la atención que la mayoría de personas se siente siempre identificada con otra persona que habla de forma negativa, o está de bajón, que sufre, que vive en pena constante. Es como que les gusta revolcarse en mierda y si es juntos, mejor. Pero cuando alguien tiene éxito, es feliz, lo miran mal, empiezan a sacar defectos, le envían malos pensamientos, no se identifican con él o ella, y sobre todo, le juzgan. Así nos va.

Yo intento vivir siempre con amor y es tan grande lo que siento por todo el mundo, que a veces voy por la calle y miro a desconocidos y siento que los amo, a veces incluso se me ha saltado alguna lágrima con esta emoción. Veo lo que son, lo que les distingue, lo único que es cada uno, la vida que estará llevando, y le admiro y le amo. Hace ya mucho que dejé de juzgar a las personas empezando por mi misma, trabajando el perdón a mi misma porque no hay nadie más a quien perdonar, y comenzando a aceptar y a amar todo tal cual es porque todo es maravilloso. Desde que vivo con esta sensación de amor y gratitud, hace años que nadie se dirige a mi de malas maneras, me siento muy afortunada porque todas las personas que me rodean me tratan con mucho cariño, me siento arropada y querida, pero sobre todo desde que yo siento eso por mi misma.

Constantemente vivimos hacia fuera y hacia los demás, nos pasamos la vida juzgando a otros y somos incapaces de estar solos con nosotros mismos, mirándonos a un espejo, viéndonos y amándonos tal como somos, amándonos hasta llorar de la emoción. Mira lo que has pasado, lo que has vivido, mira quién eres, lo bonito que es lo que cada persona tiene dentro.

Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo es el conocer a personas que aman tanto a sus gatos que cuando sus gatos les hablan su corazón se abre como una flor en primavera y se emocionan. Porque a sus gatos no les juzgan y lo que salga de ellos les llega directo al corazón. Es una de las maravillas que hacen los animales con nosotros.

Pero yo siempre insisto en que sería más bonito si nosotros intentáramos ser como los animales, vivir sin juicios y amando al Ser tal como es, y no sólo al humano sino a todo lo que lo compone. Lo que hay dentro del humano también, y lo que le rodea. Todos somos iguales, según en qué circunstancias nos conozcamos podemos caernos mejor o peor, pero somos iguales, y estamos todos en el mismo camino, viviendo las mismas experiencias.

A mi me llaman y me escriben personas maravillosas contándome que han maltratado a sus gatos, que los han castigado o que los quieren abandonar por cualquier circunstancia. Si yo juzgara y reventara mi ira contra ellos los gatos no recibirían ninguna ayuda para su situación, y la persona tampoco. La persona necesita comprensión, no juicio, necesita contarme lo que le ocurre, lo que necesita, y luego el gato me cuenta la realidad. Y desde ahí veo a la persona con más claridad e intento hacer llegar el mensaje del gato y ayudarle en lo que necesiten ambos. No juzgo, no me enfado, no odio, siento amor y cariño, siento ganas de comprender y de dar.

Me duele en el alma cuando veo personas que arremeten contra otras, o simplemente alguien mirando mal a otra persona, no siento rabia, siento dolor de corazón, porque siento esa falta de amor. Ya en otros posts comenté la gran falta de amor que hay en el mundo de la protección animal. Para mi ese mundo es como mi segunda casa, he vivido media vida en él y me horroriza en lo que hemos convertido la ayuda a los animales. Se supone que las personas que se llaman amantes de los animales son personas con gran corazón pero me encuentro que en protección animal se mueve una de las energías más densas, oscuras y dolorosas que he conocido jamás. Y me duele más aún que eso es lo que está afectando más a los animales. Veo cómo las personas acaban en un extremo donde se autodenominan animalistas o proteccionistas y siento una intolerancia bestial hacia las personas, viviendo en una sensación de dolor, frustración, pena, sufrimiento por los animales, y odio, ira, rencor hacia las personas. Pero no he conocido ni un sólo animal en mi vida que sienta ni odio, ni ira ni rencor por nadie, ellos son puro Amor. Y estamos yendo con un supuesto amor por los animales y rechazando y deseando la muerte o castigo horrible a los que son como nosotros, personas maravillosas. Emitimos juicios sin conocer, deseamos cosas horribles sin conocer las circunstancias de nadie, y me duele en el alma, y se me saltan las lágrimas cuando lo escribo, me duele en el alma la falta de amor que existe entre los humanos. La falta de compasión, de perdón, de tolerancia, todas esas cualidades que los animales tienen y nos dan cada día, todas esas no las queremos usar con nosotros mismos ni con los demás.

En mis cursos intento hacer llegar este mensaje y agradezco cuando llega a las personas, haré lo que pueda para que se ayude a los animales pero se ame a las personas también, porque somos todos extraordinarios, todos. Yo también me enfado a veces pero enseguida me observo y veo cuál ha sido el origen dentro de mi, siempre están en uno mismo, nadie nos hace nada. A mi de pequeña siempre me han dicho que tengo mucho carácter, incluso que he sido una niña mala. Nunca lo he sido, y tengo mucho carácter por cosas que ya entendí. No soy una "happyflower" predicando amor y paz. Te puedo comer vivo si quiero. Pero lo que siento es Amor.

Gracias.

miércoles, 5 de marzo de 2014

¿Sabes callar y escuchar?

Desde que estoy trabajando con los gatos, una de las cosas que más veo es la ausencia total de comunicación entre humanos y gatos. Y no sólo eso, sino que nuestra comunicación con ellos es errónea en gran parte provocando respuestas negativas, y por otro lado, que no sabemos leer el lenguaje de los gatos, ni entenderlos ni sentirlos. He conocido a personas que sí lo hacen de forma natural, pero la gran mayoría no, por eso están los animales como están. No me refiero a hablarle al gato, que creo que son nuestros mayores confidentes (la de cosas que les contamos en la intimidad, más lo que ven!), sino otro tipo de comunicación mucho más básica y desinteresada.

Por ciertas características que llevo innatas más otros aprendizajes que voy haciendo a lo largo de mi vida y mi trabajo, he llegado a un punto en el que he visto la importancia de comunicar (escuchar, dejar hablar, entender, callar, preguntar, no juzgar) y he decidido centrarme en ello, la comunicación entre gatos y personas. Porque aquí es donde empieza todo a fallar y donde al final son los gatos los mayores perjudicados, seres tan valiosos que apenas entendemos y por inocente ignorancia no son comprendidos ni amados como merecen.

Hemos de entender que los animales tienen una vida individual que ellos saben vivir, que tienen derecho de elegir lo que quieren y lo que no, derecho a vivirla. Pero es imposible que entendamos nada de esto si ya de por sí, ni siquiera entendemos su lenguaje corporal ni los mensajes que nos hacen llegar día tras día durante la convivencia. Nos vamos siempre al rollo espiritual para ver "qué me quiere decir mi gato sobre mi", ¡cuando ni siquiera estamos teniendo en cuenta que nos está pidiendo otro tipo de comida o que no le gusta que hayas metido a otro gato!

Mi trabajo se ha asentado en trabajar la relación del gato y su persona, en hacer que se entiendan en todos los niveles, a veces más espiritual, a veces más terrenal, pero es arreglar esa relación y como consecuencia, una vida feliz juntos, una apertura de corazón tan grande que damos un gran paso en nuestro camino de crecimiento.

En este trabajo he ido viendo que cosas tan básicas como entender el lenguaje corporal de los gatos no se está haciendo, y tras eso veo cómo tampoco se les entiende de ninguna manera. Qué les queda a ellos para poder comunicarse con nosotros? Los "supuestos" problemas de comportamiento, que hacen que movamos el culo! Que si mi gato se mea en mi cama, o me muerde... Si estuviéramos más abiertos a estar en el presente, escuchar, ver, sentir, los gatos no llegarían tan lejos, pero es que no saben ya cómo comunicar con nosotros.

Gracias a mi compañera Mª Victoria Simona que cada vez hace llegar a más personas la maravillosa Comunicación Animal Entrespecies que practico desde hace tantos años y que te cambia la vida. Aprendemos que podemos "escuchar" a los animales, a la Naturaleza, que ellos pueden decirnos telepáticamente lo que necesitan y lo que quieren o no. Es algo muy bonito que siempre voy recomendando a todo el mundo y para mi es vital.

Estoy muy contenta de poder anunciar un nuevo curso que he hecho con todo mi corazón, que me parece muy interesante y será divertido porque vamos a jugar y practicar mucho, que se llama Comunicación Felina. En este curso quiero enseñar el lenguaje corporal del gato, el lenguaje vocal, la comunicación química, cómo se mueve, qué necesita de nosotros, por qué comunica con nosotros, cómo lo hace, qué es la comunicación energética, cómo traducir los problemas de comportamiento en mensajes, cómo sentir a tu gato, y las enfermedades qué significan, todo lo que engloba la Comunicación entre nuestros gatos y nosotros, lo tendremos en un fin de semana completito. Creo que es un gran curso que hace mucha falta para que sepamos entender a nuestros gatos, poder relacionarnos con ellos a nivel físico, emocional, espiritual, de forma totalmente práctica. Quiero que las personas salgan de mi curso pudiendo entender a cualquier gato que se cruce en su camino. Conociendo su lenguaje y sabiendo cómo interactuar con él, respetándolo y aceptando que en la relación y la comunicación hay dos receptores y dos emisores. Siempre en positivo como todo lo que hago, siempre con cariño y alegría. Será un gran complemento a los encuentros "Entendiendo a los gatos" que hago una vez al mes en Barcelona, donde resolvemos dudas que tenemos sobre los gatos en general, haciendo las consultas allí en vivo y en directo.

Voy a seguir trabajando en ello, en la comunicación entre gatos y humanos, para que por fin nos entendamos y mejore la convivencia de ambos, creciendo y caminando juntos en el presente.





martes, 25 de febrero de 2014

Quiero que trabajemos juntos

Dicen que para ser valiente hay que tener miedo, y yo de eso tengo mucho, por eso decidí ser muy valiente. Hace una semana tuve, digamos, una conversación con mis ángeles y guías, y desde ese mismo día se abrió algo en mi que ha dejado lugar a una profunda pena. He entendido ciertas cosas que no me quería creer pero son, y he confirmado, como siempre, que siempre hay que seguir las propias intuiciones. Por otro lado, me reencontré con la chavalita que se llamaba Laura Trillo, antes de que la frase "de Terapia Felina" viniera detrás y eclipsara mi persona. La identidad de uno es muy importante, así como sus raíces, y ya hace tiempo sabía que me había ocultado de alguna manera bajo mi profesión, y antes fue bajo la asociación animal en la que era voluntaria. Siempre he querido volver a sentir a esa Laura Trillo y no la encontraba, hasta que mis ángeles me la han devuelto.
Eso ha traído un montón de sensaciones que me tienen en un estado de desconcierto, porque también revivo quizás esa pena que tenía que salir hacia fuera, porque quizás ahora sí puedo integrarla en mi corazón. Si bien nunca me ha faltado de nada si que considero que he tenido una vida muy difícil con las personas. Siempre he tenido problemas para encontrar amigos de verdad y cuando creía haberlos encontrado, por cualquier cosa han desaparecido, sin más. Y lo sigo reviviendo una y otra vez, la gente que se mueve a mi alrededor, hace eso, se mueve a mi alrededor y ya está.
(A veces escribo cosas que me salen del alma y me escribe gente preguntándome que si estoy bien, que qué me pasa. Tranquilos, estoy muy feliz, pero me apetece escribir lo que me sale, agradezco la preocupación pero no es necesaria.)
Al empezar a caer máscaras estoy viendo y sintiendo lo que hay detrás, y lejos de racionalizarlo porque no lo entiendo, no sé a dónde llegaré, es cosa mía. He visto la cantidad de personas que me siguen, que siguen mi trabajo, que me escriben a diario, que me rodean, me piden, algunos exigen, esperan de mi algo, y he llegado a un punto en que debo decir que estoy algo decepcionada, y no se si es eso lo que me duele de mi trabajo. En el fondo, pese a todo mi alrededor, estoy sola, y seguiré sola en lo que hago, no sólo lo he visto, lo he aceptado. Estoy en un camino elegido por mi, ayudando a los gatos y a las personas a entenderse porque me importa a mi que eso ocurra, pero miro hacia dentro y veo ese vacío con el que amanezco cada mañana. Que si no fuera por la sonrisa de mi bebé, no olvidaría. Puede ser mi propia inseguridad que ya se que está ahí, pero eso me hace ser cauta en lo que hago, es necesaria y la quiero conmigo. Puede ser la pena que me produce el estar sola en esto y no poder contar con nadie, tener que sacar mi trabajo adelante y si no lo hago no llego a ninguna parte, ni siquiera a fin de mes, y que esto sea un trabajo y no disfrute de ello tanto como quisiera por cómo me siento. Veo cómo las personas utilizan lo que escribo, lo comparten cuando les conviene, menos cuando lo pido. Veo cómo el mundo, pese a intentar vivir en el corazón y hacer las cosas con cariño, no me responde igual. No quiero ni pretendo ser desagradecida pues al final todos los que me rodean me aportan cosas grandísimas, que cada persona es un mundo maravilloso que estoy feliz de conocer y compartir y que me están ayudando a crecer. No hablo de nadie. Sé que la mayoría hablan bien de mi trabajo y en el resultado se ve. Pero a nivel general, he visto que no puedo contar con nadie, y que cada uno se mueve desde donde le conviene. Mucho corazón y mucho amor pero seguimos viviendo en solitario, en el ego, en el te ayudo si me va bien y si no miro a otro lado. He visto y sentido el desprecio de quienes no me entienden, y en los que pretenden que trabaje gratis para su conveniencia, que no valoran ni mi tiempo, mis conocimientos ni mi vida. Estoy muy triste porque hay días en que no puedo tirar del carro y nadie lo hace por mi. Sé que mi trabajo ayuda a muchísimos gatos a estar bien, pero me encantaría que llegara mucho más lejos porque hay tantos gatos maltratados, abandonados, eutanasiados... que tan sólo con algún artículo de los publicados, o una consulta por teléfono, se solucionarían a tiempo. Pero no veo a casi nadie tomándose esto como una cruzada contra el abandono, sino más bien, hoy me conviene, mañana no. Al final me estoy quejando tanto que se me van a echar encima, pero es que no me importa porque esta pena me apetece sacarla, y si lo siento así es porque es real, ni reprocho nada a nadie (ya me veo los comentarios, "oye, que yo sí que te ayudo!" y cosas así, eso es que nadie ha entendido nada de lo escrito). De hecho no busco respuesta alguna cuando escribo, y menos en este blog, que es para mi, para expresarme sin necesidad de agradar a nadie, para desahogarme y vaciar mi mochila, no necesito comentarios ni para bien ni para mal.
Cada día analizo mentalmente qué es lo que me hace sentir mal de mi trabajo, e intento encontrar la fórmula para estar bien con ello. Y creo que una parte importante es la implicación de los demás con lo que hago. Quizás piensan que al compartir mis cursos o mis artículos me están beneficiando a mi y por eso no lo hacen, ahí entran las competiciones y las envidias que no entiendo. Quien me conoce un poco sabe que no me muevo desde la necesidad de ser reconocida, ni conocida, ni amada. Lo único que me mueve en lo que hago es ayudar a los gatos, aunque suene poco humilde, es así. Cada historia comprendida y gato feliz, es el motorcito que me hace seguir. Cuando eso deje de pasar, lo dejaré, cuando no funcione y cuando vea que ya no se necesita. Porque si fuera por mi, estaría en otro sitio, pasaría desapercibida, haría cosas para mi y nadie más. Me cuesta muchísimo estar aquí cada día, respondiendo a todos, estando para todos, escribiendo, contestando, hablando. Así es que, si realmente alguien ama a los gatos y quiere verlos mejor, me gustaría que se implicara más en hacer llegar lo que hago bien lejos, porque sé que ayuda y consigue ese objetivo. Cada curso realizado salen personas contentas mejorando la vida de sus gatos y los de la protectora de animales o clínica veterinaria, cada artículo compartido llega a gente que lo necesita, cada vez que das el Manual para adoptantes de gatos llega a alguien que lo necesita, a sus gatos.
Con eso, quizás estaría aquí con más alegría y ganas, viendo que todos trabajamos juntos, y no yo sola, inventando cada día cómo llegar a más gente para que puedan entender a los gatos y dejen de maltratarlos. Me encantaría ver amor e implicación con los gatos, de verdad, en que estén bien, antes de ser abandonados, antes de ser maltratados, antes de todo eso, se puede hacer. Pero sola no puedo.
Gracias a los que me leen, espero que no haya ningún comentario, prefiero una acción desinteresada por amor a los gatos.

miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Vives o te desvives?

Hace tiempo que vengo sintiendo que hay algo diferente en mi, estoy trabajando más, pero de otra manera, con otras sensaciones distintas. Me costó mucho aceptar que no todos los casos que me llegan son para resolver y que el supuesto problema de comportamiento desaparezca para conformidad del cliente, así mi Ego también se ve realizado. De lo contrario, me machaco tanto que me apetece cambiar de profesión pensando que no valgo para esto. Algo que me hace tener los pies en la Tierra. Pero la mayoría de personas que contactan conmigo no están en el mismo punto. Muchos gatos sólo quieren que se les escuche y ya está, que se sepa lo que están haciendo, poniendo un poquito de consciencia en su persona, porque realmente la solución está en nosotros, no tanto en el gato. Pero nosotros siempre queremos soluciones inmediatas sin importar el por qué de las cosas. Queremos sanar enfermedades sin saber por qué las tenemos, quitarnos dolores sin saber qué hemos hecho para que nuestro cuerpo hable. Con los gatos pasa igual, podemos anularlos con ansiolíticos, corregir su conducta hacia algo más cómodo para nosotros, pero nos estamos perdiendo toda la información por el camino. Queremos ser felices pero ignoramos todas las señales del Universo que nos guían hacia esa felicidad. Porque la queremos aquí y ahora, pero nunca estamos ni vivimos en el aquí y ahora. ¡Qué absurdo!. Siempre estamos anclados en el pasado, o pensando en el futuro, y la vida se nos pasa, instantes en los que merece la pena darte cuenta de que estás vivo y respirando, que tu corazón late y la vida te rodea. Eso es felicidad, y nos la estamos perdiendo, siempre pensando y pensando. Pre-ocupaciones, cosas que no vamos a resolver en el momento, siempre ocupando nuestra cabeza. Yo siempre intento fijarme en cómo viven y cómo son los animales, y pretendo imitarles. Veo a los gatos tomando el Sol, y simplemente están haciendo eso, tomar la luz y la energía del Sol, disfrutando el momento, transmutando y sanando. No están pensando ni en la lista de la compra, ni en lo que le pasó ayer, ni en cómo va a pagar el alquiler de este mes. Ellos están vivos y viven, éso es lo único que hacen, en el instante. Ni están recordando ni están proyectando, simplemente están. Eso es lo que me gustaría conseguir porque creo que es el estado más maravilloso del Ser. Cuando lo consigo, ¡es increíble! Imagino que muchos ya lo habréis experimentado también, pero sólo lo conseguimos a ratos. ¿Conseguiremos vivir así? Simplemente siendo, estando, sin preocupaciones, creando nuestra propia realidad en el momento con pensamientos positivos, en estado de gratitud total.  Suena bien. No hace falta entrar en meditación profunda para conseguir ese estado, simplemente para y observa si estás respirando, si estás vivo y ¡oh! Bienvenido al presente.

Pues mi trabajo va encaminado a intentar hacer sentir este tipo de cosas a las personas que me llegan con todo tipo de problemas con sus gatos, hacerles entender que nada es tan importante, que todo son mensajes para nosotros y que todo tiene trabajo y solución poco a poco. Que a veces no estamos haciendo bien las cosas y nos estamos perdiendo toda esa valiosa información sobre nosotros mismos para poder estar bien. Cuando alguien me contacta con un problema (¡siempre con la palabra "problema"!), antes me sentía muy responsable y hasta culpable si no conseguía ayudar al gato a estar bien. Después de muchas decepciones (es lo malo de tener espectativas) conmigo misma y autoflagelamiento, me di cuenta de que estoy haciendo lo que tengo que hacer. No tengo ni quiero la responsabilidad de todos los problemas que la gente tenga con los gatos. Mi única responsabilidad, creo, es ponerte en contacto con tu gato y ayudaros a entenderos, ayudar a que los gatos estén bien, por tanto la persona también, aunque a veces la persona se tiene que implicar en un trabajo personal de años para que el gato "mejore su comportamiento", cosa que no depende de mi. Yo no tengo el control de la vida de tu gato, porque he aprendido que son ellos los que saben dónde están y lo que están haciendo, y a veces me lo quieren decir, otras veces no, por tanto yo sólo tengo que ayudar en momentos concretos. Me cargaba demasiado con la responsabilidad de asegurarme de que el cliente queda contento con lo que le digo, que ve resultados y que el gato "se arregla". Pero he decidido que no quiero eso, que pese a poder equivocarme muchas veces y no saber interpretar bien un mensaje, o pese a hacerlo bien y que la persona no quede conforme porque el gato no "se arregla" inmediatamente, lo que tengo que hacer es lo que estoy haciendo ahora. Yo también estoy aprendiendo, y mis errores sirven para mucho, en vez de para hundirme y querer dedicarme a otra cosa, ahora veo la enseñanza del animal y si realmente he dado bien el mensaje o no. Hay mensajes que me da miedo decir porque o bien no los he entendido bien y tampoco sé expresarlo en condiciones (y lo digo con total humildad siempre), o es una información que condicionaría demasiado a la persona. Mis guías me dicen que debo confiar así que en ello estoy (porque tengo un dolor en parte de mi cuerpo que más me vale hacerle caso o si no sigue ahí). Me equivoque o no, siempre hago mi trabajo con muchísimo respeto y amor, desde mi corazón. Si me equivoco, entiendo que debo aprender algo yo. Hay que ser muy respetuoso con los animales, las personas y esta forma de trabajo, hay días en que no puedo trabajar, pues tengo que descansar y ya está, hay días que estoy bien y lo noto en las comunicaciones. Tengo que aprender a identificar cuándo no puedo y a saber decir que hoy no, no puedo. A veces hasta lloro del estrés que tengo, de nuevo sin estar en el presente, porque se me está pasando la vida demasiado rápido. Con un bebé y un trabajo como este, en el que personas tiran de mi las 24 horas del día, que no respetan ni las noches ni las horas de comer, e intentando tener algo de vida personal, al final... mando todo al carajo, me quedo con mi familia, y me pongo a tomar el Sol en alguna parte, respirando, sintiendo la vida y siendo feliz, agradecida, porque dentro de todo este alboroto, la felicidad está ahí, en cuanto pares y te des cuenta de que estás vivo, ¡es lo más maravilloso que tenemos! ¡Disfruta de la vida y aprende de tu alrededor, estate en el presente y respira, vive! Nada es tan importante. Pasito a pasito.

Hoy recomiendo leer al maravilloso Eckhart Tolle, "El poder del Ahora" y otros tantos libros maravillosos que tiene. ¡Gracias!

miércoles, 5 de febrero de 2014

La sobreprotección es miedo

El bienestar de los gatos fue el origen de todo, y lo que me mueve cada día. Nadie sabe el trabajo tan grande que hay detrás de Terapia Felina, una sola persona, madre reciente, que publica artículos, colabora con revistas, atiende gratis varias consultas diarias, intentando encontrar huecos con calzador para las consultas y tratamientos remunerados, que realiza cursos, material, apuntes, gestiona sus propias cosas, intenta contestar todos los correos a diario, que no son pocos... Soy una persona reinventándose cada día para poder ayudar a los gatos! Pero para poder llegar lejos, tengo que hacer que las personas como las que me leen muevan mi trabajo y lo lleven lejos, yo sola no puedo. En muy poquito tiempo veo cómo cada día más personas se suscriben a mis publicaciones o me siguen en las redes sociales, recibo correos a diario, aunque no todo es trabajo, pero al menos hay personas que se interesan por esta forma de trabajar, cada día más.
Siento que poco a poco las cosas van cambiando. Como estoy en Protección Animal desde tantos años, he visto una evolución increíble, para bien y para mal. Ya en mi anterior post comentaba esa parte desequilibrada de la protección animal. Ahora veo que muchas personas, al igual que me pasó a mí en su día, están saliendo de esos extremismos y están empezando a ver más allá, escuchando a los animales y actuando según lo que ellos necesitan, no lo que nosotros queremos.
Respecto a mis compañeros los gatos, tengo una constante lucha con un tema en concreto que me duele sobremanera. Aparte del castigo a los gatos y las técnicas aversivas, que ya he hablado mucho sobre eso, está el lado proteccionista que tiene tendencia a encerrar gatos asilvestrados para "reconvertirlos" en gatos amorosos. Lo que lleva a una persona a hacer esto, ese sentido de sobreprotección que no es más que una egoísta elección propia: "no quiero ver sufrir a este animal, así que lo voy a tener cerca de mi, bajo mi techo, y así no le pasará nunca nada, porque si le pasa algo en la calle yo sufriría y me sentiría culpable, así que prefiero controlarlo aunque sea contra su voluntad". Y nada le pasa, ni siquiera la vida, se le pasa más bien, escondido detrás de un mueble o bajo un sofá o cama, maullando por las noches, deambulando cuando todo está en calma para ver si encuentra una salida para ese encierro, huyendo de ti como loco. Y cada mañana tenemos que buscar a ese gato asilvestrado a ver dónde se escondió, para ir a por él, agobiarle y mentirle diciendo que debe confiar en nosotros porque somos lo mejor que le puede pasar. Me duele que no distingamos a un gato asilvestrado de un gato doméstico, me duele que se intente manipular a un animal a nuestro antojo, socializarlo por obligación, a la fuerza, interpretando un ronroneo como algo bueno cuando el gato está en shock de pánico. Los que asisten a mis cursos ya han escuchado esto mucho, pero no me cansaré de repetirlo porque cada día lo sigo viendo. Y mientras, en la calle, cientos de gatos domésticos abandonados acercándose a la gente a ver si se los lleva alguien a casa (pero lo que se llevan son patadas o cosas peores), porque las casas de acogida están ocupadas con gatos asilvestrados, resignados, en pánico, con una calidad de vida pésima, ocupando un sitio durante meses o años. El mundo al revés. Y mucha gente me pregunta, ¿y cómo distingo a un gato asilvestrado de uno doméstico? Lo primero es entender que cada gato es un mundo y es diferente al resto, siempre. Por otro lado, lo que siempre digo: le puedes preguntar al gato dónde quiere estar y cómo quiere vivir! (Comunicación Animal Entrespecies).
Algunos consejos que puedo dar así rápido a modo práctico:

1. Nunca valorarlo en un día si hay dudas, ni en un jaulón, a no ser que comuniques con él y lo tengas claro.
2. No consiste en socializar al gato, sino en darle un espacio agradable para ver si se siente bien y nos muestra su verdadera personalidad. Estar en pánico no es ser uno mismo. Ser uno mismo es vivir tranquilamente, comer, beber, ir al aseo, dormir, jugar, recorrer la casa, ser feliz.
3. Tampoco consiste en valorar si se deja tocar o no por nosotros. Eso es lo de menos, hay gatos semi asilvestrados capaces de vivir en interior pero sin apenas contacto humano y eso debemos respetarlo si el gato es así, hay muchos gatos con intolerancia al tacto y esto también en diferentes grados. No es un desequilibrio el hecho de que no se deje tocar. Es un desequilibrio que esté escondido, que no coma, que no vaya al aseo. Si el gato hace vida normal pero no te quiere cerca y es feliz así, ¡aguántate! Y si no, puedes intentar ganártelo con comida y jugando con él, pero jamás forzándole a nada. ¿Por qué es necesario forzar a un amigo a ser lo que no quiere ser? ¿Para tu comodidad?
4. Respetar y amar a los animales implica respetar y amar también a los gatos que no quieren estar a tu lado, buscándoles un lugar adecuado para ellos, y si eso implica liberarlos en su colonia o encontrarles otro lugar en libertad, hay que hacerlo, aprovechando para encontrar un lugar en libertad que sea seguro para ellos, la calle en sí no lo es, y mucho menos si no conocen la zona, tampoco lo es un monte cualquiera ni un descampado. Además los gatos asilvestrados de colonia están acostumbrados a ser alimentados y en cualquier sitio donde les podamos llevar, deben seguir siendo alimentados por personas, la mayoría no cazan su alimento, y necesitan un refugio y lugar seguro.
5. Dar Flores de Bach a un gato asilvestrado para que deje de serlo es ir contra natura. Puedes tratar a un gato de miedo, de trauma, de pánico, y si está todo bien, saldrá de ello y será feliz contigo. Pero si intentas ir contra natura, nada funcionará.

Aprovechemos los lugares en casas de acogida para gatos domésticos que necesiten rehabilitación, post-operatorio, ayuda por una depresión tras un abandono o fallecimiento de su persona, que necesiten ayuda de verdad y que nuestra casa o protectora sea el lugar donde ellos puedan estar el tiempo necesario con una calidad de vida óptima, donde poder encontrar su lugar definitivo acorde con sus necesidades y deseos individuales. Donde se les ayude a encontrar este lugar ansiado y no sea un campo de concentración de animales recogidos sin un futuro, donde podamos dedicarnos a ellos plenamente y devolverles la confianza que necesitan para elaborar ellos su propio destino, teniendo tiempo para ayudar a cada uno de forma individual en lo que más necesita.

A veces se nos cruzan en la vida gatos con mucho miedo o que no se dejan tocar, que nos enseñan a ponernos límites a la hora de relacionarnos con ellos y con el mundo, a respetar el espacio de los demás, a no interponer nuestras necesidades a las de los demás, y que luego se marchan. Si no aprendemos esto, seguiremos metidos en este bucle y por tanto, atrayendo estos gatos también.

Bueno sobre este tema podría hablar mucho más porque tiene muchos matices, pero básicamente creo que así doy algunas ideas. En mi web hay algunas conferencias y documentos sobre cómo tratar a los gatos con miedo y hablo de este tema siempre. Porque no es miedo lo que hay que trabajar en los gatos asilvestrados, si no más bien procurar respetar su necesidad y decisión de no estar encerrados ni con nosotros, y encontrarles el sitio adecuado, aunque eso signifique para nosotros aprender el desapego y la confianza total en la Naturaleza y en el Reino Animal.

Yo lo he tenido que aprender y he descubierto lo que es el miedo y el apego. Antes no daba en adopción ni un sólo gato si iba a salir al exterior. Hoy en dia tengo 3 gatos que entran y salen a sus anchas, en ningún momento del día siento preocupación por dónde están o qué hacen, y cada noche vuelven al toque de queda. Ellos me han enseñado lo que un gato necesita y que ellos saben perfectamente vivir sin que yo intervenga demasiado. Cuando necesitan mi ayuda, vienen a pedirla (ahora recuerdo un día en que escuché a mi gata Moway maullar fuerte corriendo hacia mi, resulta que llevaba una Mantis Religiosa enganchada en el labio, se la quité y se volvió a ir tranquilamente). Y si les pasa algo peor, confiaré siempre en la vida y en ellos. No es que no conozca los peligros, he recogido cientos de gatos atropellados, envenenados, maltratados de todas las maneras, sé perfectamente lo que hay. Pero mi mundo ya no se mueve con esos miedos, se mueve con amor y confianza, por tanto, no hay cabida para lo que no sea eso.

Termino con un deseo: Que cada gato encuentre su sitio en el mundo, que cada gato pueda expresar lo que necesita y que las personas lo entiendan y le proporcionen la ayuda necesaria, que todo esto fluya sin necesidad de manipulación, encerramiento, resignación, autoridad, agobios... que fluya con Confianza, Amor y decisión. Por ellos, siempre, y en consecuencia, por nuestro aprendizaje también. ¡Gracias!

lunes, 27 de enero de 2014

No ayudamos nada

Yo también he pasado esa fase de animalista extrema, con un corazón roto y hablando mal a la gente, a cualquiera. Porque el mundo me parecía injusto, porque los animales sufrían, porque nunca había la ayuda suficiente, porque nadie ayudaba, sólo las personas como yo, supuestos amantes de los animales. Y digo supuestos porque estamos más ciegos que los topos. Eso no es amor. Estuve a punto de perder un trabajo por mi actitud, incluso muchas personas preferían tenerme lejos porque era realmente insoportable. El dolor por los animales convertido en rabia es lo más dañino que hay, sobre todo no nos estamos dando cuenta de que a quien más hace daño, es a los propios animales.
Hay cada vez más personas que se autodenominan animalistas y me parece maravilloso, pero hay una parte dentro del mundo de la protección animal totalmente desconocida, y es donde más luz hay en toda esta oscuridad y dolor. Ahora que estoy en otro momento de mi propia evolución, veo cómo los extremos son igual de oscuros. Porque estando en un extremo, nunca vas a poder tolerar, entender, aceptar, amar, siempre vas a tirar hacia tu lado y al que no cuele, lo fusilamos. Viviré en este dolor y pena por los animales porque si no lo hago yo no lo hace nadie. Porque nos creemos que nos necesitan. Odiando a los de mi especie por no ser como yo. Así que vivir peleándose con todo el mundo por defender el veganismo, la protección animal, etc para mi ya no tiene sentido. Porque ahora mismo, después de tantos años de trabajo personal, estoy en un punto neutro en el que amo profundamente al ser humano igual que amo a los animales. Porque el camino que estoy andando lo estoy haciendo junto a los animales, con ellos ayudándome a mi a evolucionar, cuando ya dejé de creerme que ellos necesitan mi ayuda, porque yo misma estaba cometiendo verdaderas atrocidades con el nombre de protección animal. Cuando no se escucha al animal ni se le ayuda en lo que el animal necesita, cuando no se confía en él y empezamos a entrometernos y a matar sin ton ni son, pensando que hacemos lo correcto. Me he dado cuenta de que eso no es amor. Es dolor. No es sufrimiento. Es egoísmo. Manipulación de la vida de los animales para encontrarles un lugar en el cual veamos que son capaces de vivir más o menos bien de acorde a nuestros valores y entonces nosotros nos quedamos tranquilos. Y si no, los matamos para evitar sufrimiento, pero el nuestro, no el suyo, porque ni siquiera le has preguntado si sufren. No nos quedamos tranquilos si el animal está haciendo una vida diferente que yo no puedo controlar. En mi filosofía de vida aprendida junto a los animales tengo totalmente integrado que nosotros (yo) somos los únicos de este mundo que no entendemos nada y que estamos actuando desde muchos lugares pero no desde el corazón. Ahora toca aprender a vivir y a Ser desde el corazón, y no hay mejores maestros que los animales.

Partiendo de la base de que nosotros creamos nuestra realidad y atraemos todo lo que tenemos, me he dado cuenta de que nosotros mismos al decidir dedicarnos a ayudar a los animales y al remover tanto sufrimiento y pena por ellos, estamos atrayendo mucho más. Estamos revolcándonos en mierda y haciéndola más grande, salpicando a los animales. Estamos de alguna manera provocando que haya animales destrozados para que podamos cumplir nuestro egoísta propósito de ayudarles, curarles y sentirnos mejor. Cuidado que ahora viene la culpa, otra mala amiga.

Luego también nos convertimos en mártires de los problemas de los animales, la posición de víctima que tanto conozco también, y esa es nuestra tarjeta de presentación ante el mundo. Siempre he sentido que los verdaderos amantes de los animales que actúan con el corazón, no necesitan contarle a nadie lo que hacen, no son hazañas de las que presumir para que tengas luego un reconocimiento en tu alrededor. Qué peligroso el Ego. Lo que se hace con el corazón se hace y no se cuenta, lo vives tú en solitario y no necesitas poner una etiqueta en tu frente que diga "yo ayudo a los animales". Y mientras los animales son eutanasiados, abandonados y otras muchas cosas que conocemos, no estamos entendiendo que parte de ese mundo lo estamos creando nosotros con ese Ego tan presente.

Es difícil hablar sobre esto porque luego todavía se me echarán encima pero como conozco bien esta situación, entiendo que si ocurre esto es porque aún no se da cuenta uno de todo lo que estoy diciendo, sino que sigue hablando desde ese dolor y rabia. Está bien, yo estuve allí, lo comprendo. Ahora os invito a este otro lado, donde se ayuda a los animales desde el Amor, que es preguntándoles qué necesitan y confiando, enviando luz y no dolor, aprendiendo de ellos, y preguntándoles por qué están aquí tan malitos, tan rotos, cambiando lo que hay en mi que hace que esto pase. Amando a todo ser vivo, al humano también, porque somos todos iguales, somos vida, siendo vida. Aprendiendo juntos a ser y sentir amor de verdad. Ese amor del que hablaba en mi post anterior.

Creo que es momento de hacernos responsables de lo que atraemos y actuar con el corazón, ayudando a los animales pero dejándonos ayudar nosotros también, porque si alguien sabe sobre la vida es la Tierra y los seres vivos, nosotros nos desviamos del camino, pero creo que aunque sea de lejos, ya lo vemos. Mi relación con los animales ha cambiado drásticamente, les amo, pero les respeto aún más. Ya no siento pena por ellos, ni sufro tanto como antes, ahora aprendo de ellos, de lo que me muestran. Y al ser humano, ya no lo odio, lo amo, lo entiendo. Que eso no quiere decir que no me toquen la moral de vez en cuando algunos de forma particular, pero la diferencia está en que ya no juzgo, sino que antes de dejarme llevar por la ira intento entender dentro de mi lo que ha pasado fuera, por tanto el resto de personas queda libre de culpa. Responsabilidad, de nuevo, una de mis palabras favoritas. Por eso decidí hacer un curso para hablar sobre esto y dar herramientas distintas para ayudar a los gatos (http://www.terapiafelina.com/index.php/cursos-presenciales-y-online/ayudando-a-los-gatos-en-positivo), a ver si llega de verdad y empezamos a cambiar la "protección animal" por "amor, confianza y aprendizaje animal".

Sobre la Comunicación Animal Entrespecies: http://www.terapiafelina.com/index.php/sobre-mi/mi-trabajo-como-terapeuta-felina/comunicacion-animal-entrespecies

miércoles, 22 de enero de 2014

De mi corazón...

Nace este blog para expresarme. Harta de ser conocida como terapeuta felina, me apetece enseñar la persona que hay detrás de ese mundo construido en torno a los gatos. Creo que nunca he tenido una especial conexión con los gatos, ahora sí, tras tantos años de aprendizaje y trabajo con ellos. Pero si me tuviera que identificar o reconocer algo que siempre ha estado presente en mi vida, ha sido el amor por los animales, por todos. Pero acabé haciendo mi mundo con los gatos, que ya son mis compañeros de trabajo y maestros. Incluso ahora todo eso está cambiando, ya que me veo hace tiempo trabajando con las personas a través de sus gatos, pues ya entendí que a los gatos pocas veces les pasa algo, salvo que no les entienden sus humanos. Ellos me han ido guiando siempre, desde agradecidos errores y malentendidos que enseñan como nadie, hasta experiencias únicas y maravillosas, donde apenas acabo de creerme lo que hago. Siempre ha estado y estará esta inseguridad en mí, que hace que nunca dé todo por sentado. El hecho de estar pudiendo equivocarme en cualquier momento y mi propio miedo por la responsabilidad que conlleva lo que hago y lo que digo, me hacen ser cauta, aprender, pero también desmoronarme de vez en cuando. Mucha gente no lo sabe, pero me cuesta horrores estar donde estoy. Veo que cada vez se me conoce más y me apetece meterme en una cueva para no ser vista, me da miedo, porque me siento expuesta y soy fácil de dañar. Aún así, confío en los animales porque sé que ellos me han traído por este camino y por ellos sigo aquí. Pese a aquellas ocasiones en que no consigo llegar al corazón de la persona que solicita mi ayuda, pienso que algo he removido y el mensaje lo he dado. Aunque luego el gato no mejore. Entiendo que no todas las personas están preparadas para recibir y cambiar, pero aún así me cuesta aceptarlo. Lo que me cuesta entender es que no todos los gatos que acuden a mi buscan una resolución total, sino simplemente dar un mensaje a la persona, para desbloquear algo, no lo sé. A mi me frustra un montón. Pero el tiempo me ha enseñado que siempre ha servido para algo, aunque en el presente la persona no lo vea, ni yo.

Este blog quizás nace para desahogarme un poco, siendo yo misma con mis palabras, sin importar quién lo lea, pues de mi corazón salen siempre mis palabras. Si alguien se ofende o se siente identificado, me alegro por igual, pues mientras llegue a alguien, servirá.

Muchas personas me piden que cuente los casos en los que trabajo, cómo los hago, etc. Es imposible contar todas las experiencias que vivo, pero intentaré ir contando de vez en cuando para quien le interese lo que hago. Hoy por ejemplo ha sido un día especial a la vez que triste. Uno de los trabajos que hago es ayudar a los animales a trascender, y acompañar a sus personas. Desde pequeña ya recuerdo que cuando veía un animal muerto le ayudaba a llevar su alma. Ni sé por qué ni cómo lo hacía, y eso me acompaña aún a día de hoy. Hoy he podido compartir esto con dos maravillosos animales, que han dejado bien tocado mi corazón. Han sido dos marchas muy diferentes, una muy dura y de golpe, la otra elegida, aceptada y fluida. En ambos animales he sentido un amor tan infinito que, pienso, sólo puede sentirse cuando salgamos de este mundo. Ambos me han mostrado a su manera hacia dónde han ido, y es algo tan hermoso que me es imposible explicarlo. Las personas que quedan aquí quieren saber cómo están, si se han sentido acompañados en su marcha y si están bien donde quiera que estén, porque siempre nos quedamos con culpa. Es para mi un honor el poder sentir cómo están y poder transmitirlo. A veces en otros casos he sentido un bloqueo, o algo que no está bien terminado, mucha tristeza. Pero hoy, lo que he sentido ha sido amor del más puro y bonito que se pueda sentir. Incluso pena por dejar una familia tan maravillosa como la que ha tenido, pero yéndose con paz y gratitud. En mi trabajo no siempre es así, pero las experiencias de hoy, me han dejado algo muy bonito y espero que a sus personas también.

Hace años tuve que experimentar también la parte más amarga. Antes de practicar la Comunicación Animal Entrespecies, era una voluntaria más en protección animal, y una de las tareas que más tuve que realizar fue acompañar a cientos de gatos en eutanasias, siempre injustas y mal hechas, llevándome después sus cuerpos a un arcón sin entender por qué era todo tan injusto. Que si leucemia, que si inmunodeficiencia, excusas que dejé de creerme. Pero esto lo sé hoy. Después de estas experiencias que me llevaron a tocar fondo, llorar, gritar y salir corriendo, comenzó mi trabajo de ayudar a los gatos a otro nivel. Una amiga me dijo que antes de poder trabajar con la Luz hay que conocer bien la Oscuridad. Y creo que de eso ya tuve bastante, aunque siempre hay que estar presentes y alerta.

Los animales me han enseñado que la muerte sólo es un paso más, es algo que todos conocemos, volver al Ser, al Amor Infinito. Esto lo he aprendido hoy. Que cuando estamos aquí en estos cuerpecitos que sirven para enseñarnos y experimentar la vida, hemos olvidado lo que es Ser. Los animales lo saben y para ellos la muerte no es tan horrible como nosotros la vemos. Es algo natural. Yo siempre me estoy planteando todo, me canso a mi misma de tanto pensar, de tantos miedos y tonterías. Pero cuando vivo este tipo de cosas, cuando un animal me deja sentir esto, entiendo sin razonar, simplemente sintiéndolo, ya está. ¡Cuánta tontería tenemos los humanos! Si es que se nos ha olvidado Ser, se nos ha olvidado por qué estamos aquí, vivimos enganchados a nuestras emociones y manipulados por nosotros mismos, mientras, imagino, que nuestros ángeles se tiran de los pelos y resoplan, y aún así, con toda la paciencia del mundo, siguen aquí a nuestro lado, como los animales.